El corazón, a fin de cuentas, es un músculo, y como tal, a medida que incrementamos nuestro ejercicio contribuimos a su fortalecimiento. Su principal función será la de bombear sangre para que circule por nuestro cuerpo. Practicar deporte en exceso pueden llevarnos a padecer el Síndrome del corazón roto.
¿DE QUÉ SE TRATA?
La mayor parte de deportistas de élite practican deporte a un nivel extremo, lo que provoca que el corazón tenga que adaptarse a esta exigencia. Lejos de ser perjudicial, su única consecuencia es una serie de cambios que se dan en la estructura del corazón, aunque ello no supondrá ningún síntoma alarmante para el atleta.
Diferente será cuando estos casos se den en personas sedentarias que no realicen ningún tipo de deporte por lo que ahí sí que tendremos que acudir a un especialista para que puedan tratarnos.
Existen dos tipos de adaptaciones cardiovasculares, unas serán las centrales y otras las periféricas. En este artículo prestaremos atención al primer tipo ya que su principal consecuencia es el corazón de atleta.
Para llegar a este punto, el deportista deberá haber estado sometido a una práctica deportiva sistemática, prolongada y muy intensa.
Queda acreditado por entrenadores personales y profesionales del fitness que dependiendo del tipo de ejercicio que realicemos, nuestro corazón tendrá que responder de un modo u otro. Por tanto, si realizamos ejercicios aeróbicos como hacer running o bici tenderá agrandarse con el fin de bombear más cantidad de sangre en cada latido, mientras que si realizamos ejercicios anaeróbicos como levanter pesas se provocará un engrosamiento de las paredes del corazón.
No habrá que confundir con casos de muerte súbita o repentina que se da en algunos deportistas durante la práctica deportiva, ya que suele estar asociada a problemas más serios a nivel cardíaco.
Gracias a los avances tecnológicos, disponemos de varias técnicas, las cuales enumeraremos a continuación y describiremos brevemente, para poder estudiar el comportamiento de nuestro corazón.
- Electrocardiograma: Se trata de un examen muy simple, con un bajo coste. Es el método más extendido en el ámbito deportivo y gracias a él podemos prevenir una gran cantidad de problemas cardíacos.
- Holter de ritmo de 24 horas: Muy útil para casos de aparición de arritmias, ya que éstas suelen ir muy ligadas a casos de muerte súbita.
- Técnicas de imágenes: Destacamos el ecocardiograma y el Doppler cardíaco. Prestan especial atención al comportamiento del ventrículo izquierdo, analizando cambios de tamaño y alteraciones en el grosor de sus paredes.
CORAZÓN DE ATLETA Y MUERTE SÚBITA
Tendremos que distinguir muy bien entre ambas situaciones. Como bien hemos comentado, el corazón de atleta se da en los casos en los que la práctica deportiva alcanza un elevado nivel de intensidad y, por tanto, el corazón se ve obligado a adaptarse para poder continuar realizando estos ejercicios.
Por contra, la muerte súbita viene derivada de diversas patologías cardíacas, que con la práctica deportiva pueden llegar a agravarse y presentar este fatal desenlace. En los menores de 35 años se debe a causas hereditarias o congénitas, mientras que en los mayores de 35 años entran en juego todos aquellos suplementos que los atletas ingieren para aumentar su rendimiento deportivo.
Por tanto, podemos concluir que practicar deporte con normalidad resulta saludable y beneficioso para nuestra salud. De todos modos, tal y como ocurre en múltiples aspectos de la vida, en exceso puede llegar a resultar peligroso si nuestro organismo no está preparado para poder asimilar toda la carga de trabajo. Es por ello que será totalmente recomendable conocer nuestros límites y no intentar sobrepasarlos sin habernos preparado primero con el entrenamiento adecuado.